Track 11

¿La escuchas? la lluvia, quiero decir. 

Tenía miedo de que te fueras, de que te burlaras del pánico que me dan los relámpagos y los truenos. 

Pero el aire acondicionado amortigua el ruido, la banda sonora de La la land suena de fondo y no te da miedo abrazarme. 

Me gusta como hueles, porque aún no he tenido la oportunidad de descubrirlo. ¿Libro viejo?, ¿colonia?, ¿café?, ¿auto nuevo? 

Me gusta que te hayas quedado dormido primero y que sigas con la mano enredada en mi pelo. 

Controlo el bochorno que me sube al cuello al pensar en lo que podríamos hacer. Pero tú no eres pasajero, no quiero que lo seas, por eso disfruto y me quedo callada, admirándote medio a oscuras; quiero disfrutarme, disfrutarnos; abrazados, roncando, buscando que ver en Netflix mientras baja la lluvia, lo suficiente para volver a pasear al parque. 

Te mueves y pones una pierna encima de la mía, contengo una risa. Hundo la cara en tu cuello y dejo que el calor de tu piel me arrulle. 

Estoy empezando a dar saltitos, esos que te llegan cuando estás quedándote dormido. La canción número once se repite, cierro los ojos y por encima de los párpados veo las luces de la ventana. 

Cuando al fin logro encontrar una posición cómoda, te acaricio el cuello con la punta de la nariz y me acomodo en tu hombro. 

Solo espero no despertar con la almohada llena de babas o peor aún, que amanezca y ya no estés.