Fragmentos
Tengo los ojos cerrados y aún así puedo verlo. El interminable camino morado. No tiene fin, tampoco recuerdo donde está el principio.
Estoy parada en medio del camino y siento un vacío, como cuando acabas un libro en una noche o ves una ciudad por la ventana de un avión, sabiendo que nunca volverás.
No hay arboles, ni cielo, solo viento y una inmensidad morada.
Me pregunto si algún día seré como ellos, como el resto; con vidas interesantes y anécdotas que contar. Me pregunto si dejaré de ser este ser aburrido y monótono en el que me he transformado. Tan predecible, tranquilo y pasivo.
Es imposible no compararme, estamos en plenos veintes y mientras ellos tienen sexo un viernes por la noche yo leo un libro; ellos tienen citas y yo salgo sola a caminar; se van de fiesta y yo me duermo temprano.
Prestó atención al camino morado
Estoy parada en medio del camino y siento un vacío, como cuando acabas un libro en una noche o ves una ciudad por la ventana de un avión, sabiendo que nunca volverás.
No hay arboles, ni cielo, solo viento y una inmensidad morada.
Me pregunto si algún día seré como ellos, como el resto; con vidas interesantes y anécdotas que contar. Me pregunto si dejaré de ser este ser aburrido y monótono en el que me he transformado. Tan predecible, tranquilo y pasivo.
Es imposible no compararme, estamos en plenos veintes y mientras ellos tienen sexo un viernes por la noche yo leo un libro; ellos tienen citas y yo salgo sola a caminar; se van de fiesta y yo me duermo temprano.
Prestó atención al camino morado
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