Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta llegaste tarde

Tardepción

Con esto me quiero despedir de ti. Y cuando pienso en el tequiero (así junto) recuerdo que no se nada, no sé quién eres ni las cosas que pasan por tu cabeza. Príncipe despiadado, complejo de Hamlet, ¿quién te entiende?, ¿quién te oye?, ¿quién te lee? Veo como huyes de mí, la princesa de fuego, tus ojos se pierden. Cuando paseo por los jardines y me topo contigo te refugias en las sombras y el silencio dejándome con preguntas y frío en las manos. ¿Es porque mi corazón está remendado? por más que lo ocultes también puedo ver el tuyo, tu pecho lleno de constelaciones no sabe mentir. Por cada rincón que alcanzas vas dejando destellos, polvo de vía láctea. Te gusta enaltecerte en tu belleza, en tu ingenio, en tu soberbia. Oh, príncipe despiadado, príncipe infeliz. Si tan solo alguien te dijera que todo ese fandango no se lo traga ni tu Dios. Tu polvo de universo es frágil, apenas toca algo y se desvanece, por más que brille dura poco,  príncipe desconsolado, ya deja de...

Machaca y velas invisibles

Como decimos: la neta no sé qué pedo .  Y lo digo porque mientras me preparo unos huevos con machaca, si, acá del otro lado del océano, pienso en nosotros y en ti y nos imagino en una plaza de México por esos años donde las canciones de Agustín Lara sonaban en la radio y si es que no me equivoco en esa época ya había radio. Pero luego me fastidio porque decir nosotros es decir nada o no, no es decir nada; es decir velas y santos y cantos y alabanzas. Es decir risas y sarcasmos y secretos y corazones rotos y más sarcasmos. A veces me pregunto si serás imbécil por seguir hablando conmigo o si seré yo la imbécil por seguir dejándote mensajes en fechas importantes, porque soy tonta y porque me importas y aunque sea como amigos me siento conforme, porque aja soy una romántica empedernida pero hasta las románticas tenemos nuestros límites. Y la verdad quisiera tener poderes para leerte la mente, para poder salirme de este cuerpo por las noches, atravesar el océano y no busca...