Tears.
Te dije mil veces que no se andar en bicicleta.
Pero las bocinas las llevamos a tope y te quiero porque has recreado la escena de mi serie favorita.
Siento que volamos, que somos libres por habernos saltado las normas; y es que en la oscuridad nadie puede adivinar nuestras caras, mucho menos lo que escondemos entre las piernas.
El parque es eterno, oscuro, vacío.
Pensar que las mañanas se llenan de corredores y niños ahora se ve muy lejano.
El aire me pega en la cara y empiezo a gritar en todos los idiomas que conozco.
Puedo sentir tus hombros sacudiéndose por la risa, supongo que jamás imaginaste que yo sería así.
Que mi seriedad y silencios se transformaban por la noche.
Sigues pedaleando con fuerza, no se como puedes con los dos.
Apoyo la cabeza en tu espalda y te abrazo por la cintura para no caerme.
¿Crees que podamos hacerlo, como dice la canción?: estar solos y hablar del clima.
Por fin, como esperaba que pasara, nos caemos de la bici y terminamos uno encima del otro. Te ries, creo que te dolerá el cuerpo si sigues así. Me arrastro hacia ti y aprovecho para abrazarte.
Nuestras mochilas han caído y seguro la comida ya se hizo mierda.
Tengo miedo de levantar la vista, porque puede que esto solo sea un sueño barato, de esos que tienes cuando te obsesionas con algo o te gusta mucho una serie o un libro.
Pero tu no eres real, no existes, así que dudo mucho que esto sea un sueño, dudo mucho que sea siquiera real, que pertenezcas a este mundo.
Me dices que no conocías a Tears for fears y yo casi te doy un golpe; pero solo me burlo diciendo que me decepcionas, que nadie que quiera estar conmigo puede no conocerlos.
Haces que levante la vista, que te sonría, que te deje besarme mientras te colocas encima de mi y se me olvida que puede que nada de esto sea real.
Pero las bocinas las llevamos a tope y te quiero porque has recreado la escena de mi serie favorita.
Siento que volamos, que somos libres por habernos saltado las normas; y es que en la oscuridad nadie puede adivinar nuestras caras, mucho menos lo que escondemos entre las piernas.
El parque es eterno, oscuro, vacío.
Pensar que las mañanas se llenan de corredores y niños ahora se ve muy lejano.
El aire me pega en la cara y empiezo a gritar en todos los idiomas que conozco.
Puedo sentir tus hombros sacudiéndose por la risa, supongo que jamás imaginaste que yo sería así.
Que mi seriedad y silencios se transformaban por la noche.
Sigues pedaleando con fuerza, no se como puedes con los dos.
Apoyo la cabeza en tu espalda y te abrazo por la cintura para no caerme.
¿Crees que podamos hacerlo, como dice la canción?: estar solos y hablar del clima.
Por fin, como esperaba que pasara, nos caemos de la bici y terminamos uno encima del otro. Te ries, creo que te dolerá el cuerpo si sigues así. Me arrastro hacia ti y aprovecho para abrazarte.
Nuestras mochilas han caído y seguro la comida ya se hizo mierda.
Tengo miedo de levantar la vista, porque puede que esto solo sea un sueño barato, de esos que tienes cuando te obsesionas con algo o te gusta mucho una serie o un libro.
Pero tu no eres real, no existes, así que dudo mucho que esto sea un sueño, dudo mucho que sea siquiera real, que pertenezcas a este mundo.
Me dices que no conocías a Tears for fears y yo casi te doy un golpe; pero solo me burlo diciendo que me decepcionas, que nadie que quiera estar conmigo puede no conocerlos.
Haces que levante la vista, que te sonría, que te deje besarme mientras te colocas encima de mi y se me olvida que puede que nada de esto sea real.
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