"Remisa"

No me dijiste que al sentir sus dedos sobre mi piel me vendría una necesidad de abrazarla y no dejarla ir.

Tampoco que su cabeza en mi hombro encajaría como una pieza de rompecabezas que se va armando.

No me dijiste que estar enamorada llegaba de pronto.

La parte divertida de estar enamorada es callarme que lo estoy y fingir que todo es normal.
Porque entonces aparecen risas tontas, sonrisas dedicadas en silencio y ganas de echar a correr y bailar en la calle.

Los insomnios comienzan a cobrar sentido y los golpeteos de mi corazón contra mi pecho me gritan que escriba y cante y grite.

No me dijiste que estar enamorada de ella haría que las despedidas fueran difíciles.

Porque se que puedo; por un momento en que el andén del metro está vacío; puedo saltarme las reglas y robarle un beso o los que me vengan en gana luego de soñarlos durante meses.

Y digo meses, porque no me dijiste que estar enamorada pasaba incluso si no era correspondida.

Tal vez agradezco que no me hayas dicho como era estar enamorada, porque me gusta estarlo; aún en la distancia, en esa barrera invisible y ese velo que me impide cruzar el otro lado, aún y con la mente destruida y el alma rota; porque se que al menos, de poco, con tiempo y sin importar nada, pude darme el privilegio de volver a sentir.

Y por esta noche es suficiente; me basta con abrazar las ondas de colores que despide mi cuerpo. Mañana podré recordarme los imposibles, los tiempos, los límites y los miedos; también las resignaciones y los suspiros que huyeron porque no se convirtieron en besos.

Mañana pensaré en una forma de despedirme de ella sin arriesgarme a querer besarla, lo prometo.

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