R
(Doce)
No creía en que se te llenaban los pulmones de recuerdos y los ojos de hojas secas de otoño.
(Una)
Me burlaba de Marianne y de Darcy; anticuados, demasiado pasionales.
Pensaba que cuando algo se rompía debía ser una taza, un hueso, una pluma y no el corazón.
(Dos)
Morfeo no aparece. No sé que hacer.
(Tres)
Cambiaba de tiempos; porque nada tiene sentido. Ni las sorpresas, ni las horas, ni el llanto, ni la flor seca guardada en un cuadro; menos los restos de tequila en la cama, ni las tristezas dobles, ni el hogar.
(Cuatro)
Porque no se entiende. Porque se apaga, los laureles nunca se fueron, estaban al acecho.
(Cinco)
Y mareos y vómito y saliva y lágrimas. Una película a medias y vasos de jugo de naranja por la casa.
(Seis)
No creía en eso. En que a la gente se le rompía el corazón. Sigue llorando. Porque está enamorado.
(Siete)
Porque quiere (sigue queriendo), una vez más: aquello que no puede tener.
No creía en que se te llenaban los pulmones de recuerdos y los ojos de hojas secas de otoño.
(Una)
Me burlaba de Marianne y de Darcy; anticuados, demasiado pasionales.
Pensaba que cuando algo se rompía debía ser una taza, un hueso, una pluma y no el corazón.
(Dos)
Morfeo no aparece. No sé que hacer.
(Tres)
Cambiaba de tiempos; porque nada tiene sentido. Ni las sorpresas, ni las horas, ni el llanto, ni la flor seca guardada en un cuadro; menos los restos de tequila en la cama, ni las tristezas dobles, ni el hogar.
(Cuatro)
Porque no se entiende. Porque se apaga, los laureles nunca se fueron, estaban al acecho.
(Cinco)
Y mareos y vómito y saliva y lágrimas. Una película a medias y vasos de jugo de naranja por la casa.
(Seis)
No creía en eso. En que a la gente se le rompía el corazón. Sigue llorando. Porque está enamorado.
(Siete)
Porque quiere (sigue queriendo), una vez más: aquello que no puede tener.
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