Todo sale mal
Estoy tumbada en la cama
Cuando dejaran de querer controlarme?
Te falta lógica
Deja de ser ilusa
Deja de fantasear
Para de tener expectativas
Estás haciéndolo mal
No estás lista
No. Estás. Lista.
¿Y como puedo yo decirle eso a mi corazón?
¿Como le pongo una pizarra enfrente y le explico que esas fórmulas hay que memorizarlas?, ¿como le explico, como lo conforto, como le abrazo, como hago que deje de llorar? Porque yo ya no lloro, no me salen las lagrimas. Es él quien me preocupa.
Veo la luz que tiene en medio, apenas del tamaño de una luciérnaga. “Tan imbecil” pensé, “creyendo que todo se arreglaría con un par de cortes internos y un cuerpo ligero”.
Abrazo más a mi corazón.
Le digo que me perdone
Que no puedo controlar lo que siento
Le pido perdón por no haberlo educado desde pequeña.
Y él solo llora y llora y se cual es su frustración.
Él no es lógico, el es pasional, entiende que debe poner límites, pero no puede, se que no puede transformar el amor en una táctica fría y calculadora.
Hemos hecho el esfuerzo, de no dejarnos llevar, de no saltar al vacío sin importar la caída. Ahora vemos si el pozo tiene fin o tiene espinas.
Nos acercamos solo a la orilla, para no caernos.
Pero parece que no fue suficiente, parece que nunca haremos nada bien.
Así que aún en la cama, tomo mi corazón en las manos y me lo trago. Porque ya no soporto verlo sufrir. Prefiero empezar a llorar yo y ver el techo durante días mientras intento olvidar aquellos ojos de vía láctea que nos cautivaron.
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