Girasol nocturno
Te odio.
Y ojalá pudiese decirlo con honestidad.
Busco excusas todos los días, en el frutero,
en el cajón de mis antidepresivos
y también donde abandoné nuestras fotos.
Me esfuerzo, te lo prometo.
Pero no sé si es la mierda médica que me trago
cada mañana a las siete en punto
o tu aroma a coco que me llega por las tardes.
No quiero definirte más,
ni dar pistas de quien eres.
Porque no vale la pena,
porque no gano nada y porque al menos,
entre mis letras quiero que seas solo mía.
Y eso por decir,
pues no poseo nada en realidad.
Pero deja que hoy, en este momento, en esta noche que miro las flores que adornan tu piel;
que sonríes como si no fuésemos extrañas,
que tus muslos me susurran coquetos que los mire: deja que te sienta mía.
Y ojalá pudiese decirlo con honestidad.
Busco excusas todos los días, en el frutero,
en el cajón de mis antidepresivos
y también donde abandoné nuestras fotos.
Me esfuerzo, te lo prometo.
Pero no sé si es la mierda médica que me trago
cada mañana a las siete en punto
o tu aroma a coco que me llega por las tardes.
No quiero definirte más,
ni dar pistas de quien eres.
Porque no vale la pena,
porque no gano nada y porque al menos,
entre mis letras quiero que seas solo mía.
Y eso por decir,
pues no poseo nada en realidad.
Pero deja que hoy, en este momento, en esta noche que miro las flores que adornan tu piel;
que sonríes como si no fuésemos extrañas,
que tus muslos me susurran coquetos que los mire: deja que te sienta mía.
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