Cuenta
Pensaba que esos días se habían terminado.
Esos en los que echaba en falta tocarte. Lo suave de tu piel, pétalo de girasol.
Tengo que confesarlo, porque jamás leerás esto y tu y yo sabemos que soy orgullosa y las mentiras me salen muy bien.
Pero creo que te quiero, que el aroma a coco de tu pelo no lo he olvidado y me sigue gustando, que tus rizos suaves me hacen falta al despertar en las mañanas.
Que tu sonrisa y tus ojos de media luna y toda tu me escuecen en la piel.
Me siento patética, porque mientras escribo esto lloro en una pastelería a la que te prometí una vez te traería a desayunar, pero nunca lo hicimos...
Creo que lo que mas me duele de todo esto es saber que me he engañado a mi misma durante todos estos meses, me he engañado pensando que ya no sentía nada, que no te quería. Pero la cosa esta ahí, que todo esto es un mal chiste, una burla de la vida restregándome en la cara que no, no te quiero, no quiero volver a estar contigo, porque lo nuestro fue corto, ¿no es así? un verano de esos que miras atrás y lo recuerdas como algo bueno de tu juventud, esos amores que no duran pero te pegan fuertes.
Aún así, con todo eso procesado y pseudo intelectualizado en mi mente, mis sentimientos me traicionan, porque lo repito, no, no quiero volver a estar contigo, pero sigues ahi, las cosas buenas, lo que me gusta de ti sigue anclado a mi corazón y me siento una perdedora, porque podré decir mentiras, podre decirle a la gente que me caí de una bicicleta cuando no es así, que me lastimé "un poco" y que las vendas no esconden cicatrices de dolor y odio hacia la vida y hacia las cosas que atormentan a mi familia y a mi...pero jamás pensé que me podría mentir a mi misma, jamás lo pensé.
Y escribo esto para mi, creo, no estoy segura. Porque ayer las heridas se movieron demasiado. La tuya...que aun no cierra, la otra...que aunque cerró hace mucho me pegó en el orgullo, porque una de las voces en mi cabeza me dijo que pude haber tenido una oportunidad, pero la eché a perder. Las heridas de tus amigas, a las que extraño y no me quiero acercar porque siento que no tengo derecho.
Pero entonces... me despido de ti, bonita, no podré verte antes de irme, porque el círculo se cierra ahora. Gracias por haberme movido la vida, por haberme hecho romper mis barreras de miedos e inseguridades para hacer lo imposible, incluso aquello a lo que tanto me oponía para estar contigo.
Gracias por las risas, las borracheras, las aventuras, los besos, las camas compartidas, las caricias, los perfumes impregnados, los bailes y las lágrimas.
Te quiero.
Adiós.
Esos en los que echaba en falta tocarte. Lo suave de tu piel, pétalo de girasol.
Tengo que confesarlo, porque jamás leerás esto y tu y yo sabemos que soy orgullosa y las mentiras me salen muy bien.
Pero creo que te quiero, que el aroma a coco de tu pelo no lo he olvidado y me sigue gustando, que tus rizos suaves me hacen falta al despertar en las mañanas.
Que tu sonrisa y tus ojos de media luna y toda tu me escuecen en la piel.
Me siento patética, porque mientras escribo esto lloro en una pastelería a la que te prometí una vez te traería a desayunar, pero nunca lo hicimos...
Creo que lo que mas me duele de todo esto es saber que me he engañado a mi misma durante todos estos meses, me he engañado pensando que ya no sentía nada, que no te quería. Pero la cosa esta ahí, que todo esto es un mal chiste, una burla de la vida restregándome en la cara que no, no te quiero, no quiero volver a estar contigo, porque lo nuestro fue corto, ¿no es así? un verano de esos que miras atrás y lo recuerdas como algo bueno de tu juventud, esos amores que no duran pero te pegan fuertes.
Aún así, con todo eso procesado y pseudo intelectualizado en mi mente, mis sentimientos me traicionan, porque lo repito, no, no quiero volver a estar contigo, pero sigues ahi, las cosas buenas, lo que me gusta de ti sigue anclado a mi corazón y me siento una perdedora, porque podré decir mentiras, podre decirle a la gente que me caí de una bicicleta cuando no es así, que me lastimé "un poco" y que las vendas no esconden cicatrices de dolor y odio hacia la vida y hacia las cosas que atormentan a mi familia y a mi...pero jamás pensé que me podría mentir a mi misma, jamás lo pensé.
Y escribo esto para mi, creo, no estoy segura. Porque ayer las heridas se movieron demasiado. La tuya...que aun no cierra, la otra...que aunque cerró hace mucho me pegó en el orgullo, porque una de las voces en mi cabeza me dijo que pude haber tenido una oportunidad, pero la eché a perder. Las heridas de tus amigas, a las que extraño y no me quiero acercar porque siento que no tengo derecho.
Pero entonces... me despido de ti, bonita, no podré verte antes de irme, porque el círculo se cierra ahora. Gracias por haberme movido la vida, por haberme hecho romper mis barreras de miedos e inseguridades para hacer lo imposible, incluso aquello a lo que tanto me oponía para estar contigo.
Gracias por las risas, las borracheras, las aventuras, los besos, las camas compartidas, las caricias, los perfumes impregnados, los bailes y las lágrimas.
Te quiero.
Adiós.
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