8 de Febrero

Jardines

Si quisiera, me abriría el pecho y me sacaría los girasoles que tengo por corazón.
Te los daría porque los mereces, no porque espere algo de ti.
Sí, te daría mis girasoles y el narciso que llevo oculto en mi costilla izquierda. También los tulipanes que lloro cuando estoy alegre, pues cuando estoy triste lloro gardenias.
Así que por favor, quédate con ellos, de todas formas, cuando te mire: volverán a crecer.
         ***
Contemos las e
  s            
t
r
e            
l
l
a
s
*
Y las sonrisas que nos damos.
Los besos abrazados.
Las noches sin luna
                               y las tardes en el jardín.
Cantemos a los girasoles,
plantemos tulipanes.
Soñemos con nieve en
A         M        S        T        E       R       D     A    M

y las lluvias en París.

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Tenerife Sea, Vincent y una semana después

Siento las olas en mi interior. Me mueven, acunan. A lo lejos una nana: es tu risa, tu risa linda.
Somos un cliché; yo flotando en el mar, los ojos cerrados, sintiendo el sol.
Tú: princesa, bella dama, sentada  frente al ventanal, el tocadiscos sonando mientras pintas los girasoles que planté para ti, esos que se extienden hasta donde la vista se pierde.

***
Hay algo: tú eres mi lugar favorito, sí.
Pero tus manos, tus dulces manos; el recuerdo de tus dedos enredándose en mi pelo, acariciándome el cuello, la cara.

***
Y me falta, tu brillo, el sonido de tu risa. Me falta el calor que me prestas, tus ojos chiquititos y tus muecas de fastidio. Me faltas y temo me sigas faltando…siempre.

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