Jacintos en la nieve

A mi también me hubiera gustado saber que ropa hubieras usado en tu cumpleaños y es que no es justo, porque no es posible que yo vaya a vivir más que tu que tu, que sabias sonreírle a todos que sabias ser paciente incluso con las persona más difícil que conocieras me pregunto si hubiera podido darte algo como habrías reaccionado el día que llegue a casa con mi primer trabajo me hubieras ayudado? a pagar deudas a entender el sat a reírnos de las desgracias de esta maestra novata me pregunto como hubieran sido tus cincuentas sencillos en grande fotos sin ellas solo familia solo los tres con tus amigas me pregunto donde estarías justo ahora tal vez dormida, tal vez llevando tu negocio ese que querías hacer de manualidades como los pandas que hiciste en mi graduación ¿te acuerdas? hasta les diste a mis amigos y muchos lo conservan Me hubiera gustado tanto, saber que ropa hubieras usado en tu cumpleaños Ver tu cabello crecido tu piel de color vivo tus...

A veces quisiera despertar en Madrid En el fresco de mi sótano en verano con la voz de mis vecinas del segundo "Carmen, como estás; ya pusiste a calentar la leche?" "Sí, mi marido ya está almorzando" Quiero adormilarme por las tardes tumbada en mi sillón mientras el tcktcktcktck del elevador se oye a lo lejos Quiero pasearme en calzones y bra acomodarme los lentes y suspirar mientras leo un libro Quiero abrirles el portal a mis vecinos que son latinos y tienen tres hijos varones Quiero escuchar el "hola buenaaas" de mis compañeros del master Quiero pasar horas frente a la computadora escribiendo, llorando, sudando por la fecha de entrega A veces, solo quiero despertar en Madrid y perderme en la Gran Via, sin necesidad de mirar atrás y sin miedo de a donde quiero ir.

Creo que prefiero ver felices a otros. Puedo ver los colores de su amor, la música de sus vidas entrelazadas. Veo las chispas de luz de sus miradas las palabras que les revolotean sin hablar. Prefiero verlos felices, porque es mas sencillo Les puedo robar energía y comerla Puedo envidiarlos en silencio, sin hipocresía Y siempre se me ha dado mirar de lejos, envidiar. Se me ha dado desear el bien a otros, celebrar sus metas, su amor, sus familias, sus trabajos. Creo que prefiero ver felices a otros porque es la única manera en la que algo me sale bien. Y no me preocupo de que la magia se vaya de mi vida y a la que terminen hiriendo sea yo.

No sirvo para el amor.  Siempre se lo que quiero, siempre estoy segura de a donde quiero ir.  Me toca ser el durazno maduro y dulce; que cuida, abraza, besa y cura; me toca ser la fruta que dejan al último porque sabe mejor.  Y muchos se confunden, creen que ser la última es un privilegio.  Pero ser la última significa a veces quedarse olvidada, por ser la última, lo suave se tuerce y salen pelitos blancos.  Se aprecia tanto el color y se le cuida tanto que se le abandona.  Así que por eso no sirvo para el amor, siempre estoy segura de mi cuerpo, de mi deseo sexual, de lo que me gusta que me hagan y de lo que no.  Soy buena escuchando, amando, mi paciencia es impecable.  Y me quedo a tejer por las noches los miedos de mis amantes, que quieren salir disparados, pero solo los tomo de la cola y los empiezo a entrelazar.  Así me engaño, pensando que una zurcida contendrá el miedo, la inseguridad, la pereza, la falta de que...