Y te veo, aunque está oscuro y son las cuatro de la mañana. Sí, hasta de noche veo a colores. Y tus ojos son lunas menguantes que me atrapan mirándote. Y tu olor a caramelo y tu corazón que corre desbocado. Perdona: olvidé besar. Niños, eso fuimos, dos niños pensando probar a besar; si o no. Urgencia, ansiedad y mis noches en vela imaginando como sería besarte, abrazarte por las noches, sentir tu cuerpecito frío; contra el mío que emana fuego. Tus labios fueron como morder un gajo de naranja: suaves, gruesos, dulces. Y el sonido de nuestras bocas igual a cuando pruebo el jugo de la naranja. Tu cintura y jugueteos y risas y más miradas. Las seis de la mañana. Ilusiones que se apagan. Ojos que se cierran. Y dos cuerpos intentando dormir.
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8 de Febrero
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Jardines Si quisiera, me abriría el pecho y me sacaría los girasoles que tengo por corazón. Te los daría porque los mereces, no porque espere algo de ti. Sí, te daría mis girasoles y el narciso que llevo oculto en mi costilla izquierda. También los tulipanes que lloro cuando estoy alegre, pues cuando estoy triste lloro gardenias. Así que por favor, quédate con ellos, de todas formas, cuando te mire: volverán a crecer. *** Contemos las e s t r e l l a s * Y las sonrisas que nos damos. Los besos abrazados. Las noches sin luna y las tardes en el jardín. Cantemos a los girasoles, plant...